Partió pues y vino al varón de Dios, al monte Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vio de lejos, dijo a su criado Giezi: He aquí la sunamita. 26 Te ruego que vayas ahora corriendo a recibirla y le digas ¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido, y a tu hijo? y Ella dijo Bien. 2 de Reyes 4:25-26
Wao, me impacta tanto la actitud de esta mujer, en los versos anteriores, su hijo había muerto y le pidió a su esposo que le prestará un asno y un criado para ella ir al varón de Dios en el monte Carmelo, pero no le hizo saber la situación que acababa de acontecer en su casa y solo le dijo a su esposo paz.
Ella entendía que quien debía de saber su situación la resolvería, por ende para que alborotar a los demás si no resolverían.
Cuantas veces vamos donde la persona equivocada a contarles nuestras circunstancias y acabamos más cargado de lo que fuimos, sin embargo ella se dirigió donde el varón de Dios. La persona que resolvería su situación.
Querido amigo, quiero decirte que tienes un confidente en donde puedes ir a desahogarte, a descansar en El, a reposar y te aseguro que a su tiempo resolverá tu situación. El es Jesús de Nazaret, un amigo fiel, si le abres las puertas de tu corazón, nunca te dejara ni te desamparará, El siempre llega a tiempo. Amen.
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